

No hay palabras, no hay qué decir, cómo imaginar a una criatura de 7 años sufriendo tanto. Cómo abrazar a sus padres y familiares sin dar alguna respuesta que vislumbre un camino en donde este crimen no vuelva a suceder. Cada día nos invade más la impotencia de ver cómo se degrada la sociedad y la barbarie va ganando. Los robos, la droga, la indigencia, y la miseria, van creciendo y generando más y más injusticias.
La muerte de Kim, la tortura y el asesinato cometido por dos menores pobres y excluidos, que tienen a mayores tras de ellos que los enviaron a robar, no puede ser un hecho de inseguridad que se olvide a medida que pasen los días. La familia de Kim debe ser contenida y abrazada, y debe ofrecérsele la atención que necesite y respuestas concretas. Que todas las puertas estén abiertas para ellos.
¿Qué se va a hacer ahora? ¿Qué va a hacer la jueza que evaluó y liberó cuando tuvo detenido a uno de ellos? Ya debería haber abandonado sus funciones solo por un poco de vergüenza.
¿No tiene un poco de dignidad? ¿No se da cuenta de que se equivocó y tiene responsabilidad en lo sucedido?
La responsabilidad de este aberrante crimen recae sobre múltiples actores.
El poder judicial, a mi entender, es el primer responsable. Hace poco uno de los asesinos de Kim fue puesto a disposición de la justicia porque había sido detenido por la policía, pocos días después está en libertad, sin seguimiento, sin sanción, sin ningún tipo de penitencia por lo que habían hecho.
La inimputabilidad no obliga a ningún juez o jueza a dejar en libertad a un detenido qué haya cometido un delito, tenga la edad que tenga.
Puede privarlo de su libertad enviando al delincuente a un hospital psiquiátrico o a un centro correccional. En caso de considerar dar la libertad a menores, debe llevar un seguimiento a través de distintos medios, como por ejemplo los padres y la escuela. De no existir medios de seguimiento no debe dar la libertad.
El poder político no avanza en democratizar al poder judicial, lo que perpetúa estas situaciones que se repiten en un poder judicial impune y feudal.
El poder político es el responsable de dar respuestas a la sociedad para tener una vida mejor. Si ve que en uno de los poderes pilares de la democracia como el judicial está corrompido, y no sirve a sus fines, debe encontrar una solución. Creo que para mantener la independencia del poder judicial y sumarlo a la vida democrática es imprescindible el voto popular directo de jueces y fiscales.
El actual gobierno nacional es en definitiva el que está, con su accionar, propiciando que se incremente el crimen: cuanta más miseria y desigualdad, más droga y delincuencia.
Desde que asumió recorta recursos a la educación y a la seguridad, impone miseria a la población, y hace aumentar la pobreza haciendo cerrar fuentes laborales.
Mientras, a la par del recorte al Pueblo, muestra cómo realiza las estafas y sus funcionarios viven en la opulencia, con dilatados viajes y gastos de grandes fortunas.
Solo da como respuesta al drama que se llevó la vida de Kim bajar la edad de imputabilidad, como si eso resolviera algo. Solo lo hace como chicana para intentar ganar votos con el horror, y nada aporta al futuro a una sociedad generar cada día más incertidumbre.
Para avanzar en acciones que lleven algo de justicia para la familia y la memoria de Kim, es imprescindible que los menores asesinos no recuperen su libertad.
También es necesario que la jueza que cometió el error de liberar a los detenidos deje sus funciones, y que el poder político avance en democratizar al poder judicial como forma de dar respuesta a los reclamos que desde distintos ámbitos se le hace al obsoleto poder judicial. Que al fin y al cabo no es otra cosa que un sistema donde sobran las puertas giratorias, los expedientes dormidos, los fallos con distinta vara, y los irritantes privilegios feudales de los que goza su propia casta.